jueves, 20 de junio de 2013

Brindis en sombra

Eduardo Recife
Brindemos por la fila mas honda de los cines. Donde el amor costaba tres pesetas. Fila de mancos, espectadores ciegos, sesiones dobles en tardes de domingo.

Por el tazón de loza, por los platos con el reborde azul y el tintineo del almirez majando aliños verdes como la esperanza.

Brindemos por las torres donde hacían sus nidos las cigüeñas regresando en San Blas, como las chiribitas y el diente de león.

Por el frescor que brotaba de los portales húmedos en mediodías sofocantes de Agosto.

Calles vacías y ecos de diario hablado.

Nené Ortiz

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