viernes, 14 de junio de 2013

Una mujer en viernes


 . El empleado de la frutería llama “Mari” a todas las clientas (yo le llamo Pepe -aunque su nombre sea Frutero-)
. El carrito del híper carga con todo (menos con mi cansancio)
. La depilación solo arranca los pelos (lo demás se queda)
. La crema antiarrugas huele a heliotropo (un olor imposible)
. La pobreza es como la belleza (el producto de un mal reparto)
. La niña tira las cáscaras de pipas en el interior del autobús (la mamá también). Las dos dan un poco de asco.
. El hueco de la escalera huele a berza (como el pasado)
. Los niños albinos son como las sandías amarillas (sorprenden)
. El sonido de los tacones en una calle desierta (da un poco de miedo)

Hoy estoy algo cansada (por eso mis palabras suenan a trombón y no a violín).

Nené Ortiz

1 comentario:

  1. Jajajajaja... Me encanta. Es acaso una de las que te habitan una cinica inocente con su estoicismo de casapuerta? Que vivan los trombones!

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