miércoles, 15 de enero de 2014

El Ángelus

A las doce y, a través de Radio Nacional, el Ángelus paralizaba por unos momentos la actividad de la casa y donde te pillaba, ahí te quedabas, en actitud recogida:

El Ángel del Señor anunció a María.Y concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve, María... Santa María...

He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve, María... Santa María...

Y el Verbo se hizo carne. Y habitó entre nosotros. Dios te salve, María... Santa María...

Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

Oremos: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Y volvía el repiqueteo del almirez y los zurriagazos que le atizaba Luci a la barandilla de la escalera con un palo al que estaban ceñidas cintas de paño.
A medida que avanzaba la mañana, el aire se iba llenando de olores extraordinarios que salían de la cocina. En ella, mi abuela ejercía de alquimista y de sus manos salían cosas tan ricas que casi daba pena comérselas.
Cuando yo acudía fiel al reclamo como el seter trás la perdiz, mi abuela botaba barquitos de pan en la salsa y me los daba en la boca.
En alguno naufragó mi infancia, pero recuerdo el viaje y sus paisajes.

PD He transcrito el Ángelus entero porque igual consigo indulgencia plenaria.

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