martes, 21 de enero de 2014

Vicentín. Primeros años

 
Doña Gracita, mamá de Vicentín, a punto estuvo de quedarse para vestir santos y, de alguna manera así fué: se casó con don Vicente Mendiguren que le doblaba la edad, hombre de misa diaria que perdió una pierna en el frente de Sigüenza (cincunstancia que obligaba a doña Gracita a asistirle en las tareas de su arreglo personal).
Doña Gracita tardó en quedar encinta de Vicentín y el embarazo lo pasó llena de alifafes y molestias. El niño nació a los siete meses de gestación, a doña Gracita no le subió la leche y hubo de ser alimentado con leche en polvo americana (lo que quizá yude a entender el carácter belicoso y dado a las armas de Vicentín).
-Señora: el niño se come las tetinas del biberon y pienso que lo mismo la goma le sienta mal.
Vicentín pasaba un hambre canina y era un dolor oirle llorar cuando le llegaba a las narices el olor a puchero. Así que optaron por cambiarle la dieta y con sólo tres meses Vicentín tomaba ya su tocino entreverado junto con los demás avíos del cocido.
A los dos años, Vicentín pesaba dos arrobas y las piernas se le fueron combando en paréntesis tal y como ya os conté. Tenía la cara con un lustre que era digno de verse y el cuerpo era una pura lorza que encandilaba a su mamá, quien solía solía exhibirlo desnudo sobre almohadones de raso.
-Este niño es enteramente un querubín
-Un angelito patudo
-Un niño Jesús de Praga
Vicentín cuando se soltó hablar lo primnero que dijo fue:¡Quiero chorizo, hostia! Sus papás le rieron tánto la gracia, que Vicentín repetía la fórmula hasta la saciedad: ¡Que me des un duro, hostia! ¡Que no me lavo las orejas, hostia!...
Se libró de que no le cayera ninguna porque yo supe de él cuando ya estaba criando malvas en el cementario de la Almudena bajo una lápida con su nombre y la fecha 1942-1950. Su tío propuso un epitafio que fue rechazado: "Te rogamos señor que lo recibas con la misma alegría con que te lo enviamos".
Amén.

(Continuará Dios mediante)

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