
Los más pequeños se bañan en las pozas que dejó la marea y los mayorcitos, son vigilados por sus atentas y cantarinas mamás:
-¡¡¡Chariiiii: como te metas en lo jondo te arranco la cabezaaaaa!!!
-¡¡¡Semanuéeee: como le jagas ajogadillas a la Chari me ví a cagar en tus muelas!!!
La abuela, bajo la sombrilla, tiene los pies a remojo en una barquita de plástico con forma de delfín.
Comen, duermen la siesta y al atardecer echan una partida de cartas.Ya con el sol tocando el mar observo como recogen sus cosas y se alejan con los niños en brazos, llenos de sol y sal, agotados.
A una le gustaría a veces formar parte de estas familias, donde todos son felices sin saberlo.
Nené Ortiz