Jacinto, alias “El Pay-Pay”, es el novio de
Luci y el mote se lo pusieron después de tener que someterse a un Bypass
coronario. Jacinto viene todas las tardes desde el taller con su
bicicleta, a echar una parrafada con su novia en el portal.
Luci lo quiere más que a las niñas de sus ojos y espera con ilusión el
día de su boda, para la que aún faltan más de dos años. Tienen una
libreta conjunta en la Caja de Ahorros en la que ingresan todos los
meses lo que pueden sisar del sueldo de fresador de él y de la paga que
Luci recibe como sirvienta. Luci, en los pocos ratos que tiene libres,
prepara su ajuar: se sienta junto al balcón en una silla baja y, con el
bastidor sobre las piernas, borda primorosamente en el embozo de la
sábana una jota y una ele entrelazadas. El armario de la ropa blanca
huele a membrillo y cada balda está rematada por una tira bordada. Mi
madre compra piezas enteras de algodón de la Viuda de Tolrá o de El
Burrito Blanco para hacer sábanas o sacar piezas para remendar.
Las cinco de la tarde se desgranan en el reloj de pared y un tímido sol
de invierno se cuela por los cristales del mirador. En la radio, la voz
de Juana Ginzo da vida a Rosa Alcázar, protagonista del serial “Ama
Rosa”. Yo, al abrigo de la mesa camilla intento memorizar la lista de
los reyes godos: Ataulfo, Sigérico, Walia, Teodorico…
A partir
de las 6 vienen a echar la partida de julepe doña Patrocinio y doña
Pepa, a la que acompaña su perrita Marilín. De la cocina llega un olor a
café con achicoria y hay que andar con ojo para que no se salga la
leche al hervir. El café se sirve acompañado de bizcochos de soletilla. A
mí me mandan a estudiar a la cocina.
-Luci…
-Qué
-Cuéntame el cuento de “Maríaaaa: dame la asadura que me robaste de la sepulturaaaa…”
-No, que luego sueñas y me regaña tu madre.
……
-Mamá, ¿puedo dormir hoy contigo?
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