
En el principal, la criada de doña Gracita ha preparado la comida preferida de Vicentín: pollo en pepitoria y natillas. Lo sabemos porque a Vicentín le gusta presumir de que él no tiene que esperar al domingo para comer pollo. La gloria seguro que huele como el descansillo de doña Gracita.
Por debajo de la puerta de doña Joaquina en el primero derecha, se cuela un aroma a chicharros fritos con aceite usado. Un olor a pobreza lenta y sin sobresaltos. Don Jacinto, su vecino de descansillo, como es muy higiénico también con la comida suele tomar mucho cardo y borraja que facilitan el tránsito. La casa de don Jacinto huele como las polonesas de Chopin: a tristeza.
Hoy en mi casa, al haber invitados, han preparado menestra de cordero. Un plato concienzudo y trabajoso que huele a fiesta y a flores de alcachofa. En la puerta de al lado, Patrito le prepara a doña Patrocinio sesos a la romana y sopa de picadillo. Doña Patrocinio se queja siempre de que todo le sienta mal y tal vez sea cierto porque hay personalidades que solo digieren lo podrido de la vida.
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