lunes, 3 de febrero de 2014

Doña Patrocinio

Doña Patrocinio, además de en el segundo izquierda, vive instalada en la queja como otros viven instalados en Logroño o en Babia.
Doña Patrocinio, de lo que tiene cualquiera ella siempre tiene más.
-¡Ay, doña Patro, hoy estoy que no hago carrera de mí. Se me ha puesto un dolor aquí, en tal parte, que no me deja ni respirar.
-A tí te daba yo mis males para que vieras lo que es bueno.
Y aquí empieza a enumerar males y éso es el cuento de nunca acabar.
-¡Pues sí que está usted fastidiada, otros con menos están criando malvas!
Doña Patrocinio se saca el pañuelo del seno y se pasa una esquinita por los ojos para secar unas lágrimas inexistentes.
Doña Patrocinio cuando se quita las gafas de culo de vaso se le ven unos ojos desorbitados y miopes, como de loca.
Su hija Patrito es quien hace las faenas de la casa y sufre en silencio las quejas de su mamá.
Patrito nació ya soltera a pesar de tener buen cuerpo y una cabellera espesa y negra que siempre lleva recogida en un moño, por modestia y porque se lava poco el pelo.
-Si te lavas la cabeza teniendo la regla, se te puede cortar y te mueres.
Patrito lleva medias indesmayables, por las varices y bajo la blusa un escapulario de la Virgen del Carmen. Es muy habilidosa y cose ella misma su ropa en la máquina Singer. También teje a ganchillo perritas Marilín que quedan muy bonitas sobre la televisión.
Patrito canta a media voz mientras sacude las alfombras
-"Él llegó en un barco de nombre extranjeroooo..."
Patrito entona con un sentimiento hondo, como ahogada de amor imposible.

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