jueves, 20 de junio de 2013

Brindis en sombra

Eduardo Recife
Brindemos por la fila mas honda de los cines. Donde el amor costaba tres pesetas. Fila de mancos, espectadores ciegos, sesiones dobles en tardes de domingo.

Por el tazón de loza, por los platos con el reborde azul y el tintineo del almirez majando aliños verdes como la esperanza.

Brindemos por las torres donde hacían sus nidos las cigüeñas regresando en San Blas, como las chiribitas y el diente de león.

Por el frescor que brotaba de los portales húmedos en mediodías sofocantes de Agosto.

Calles vacías y ecos de diario hablado.

Nené Ortiz

viernes, 14 de junio de 2013

Una mujer en viernes


 . El empleado de la frutería llama “Mari” a todas las clientas (yo le llamo Pepe -aunque su nombre sea Frutero-)
. El carrito del híper carga con todo (menos con mi cansancio)
. La depilación solo arranca los pelos (lo demás se queda)
. La crema antiarrugas huele a heliotropo (un olor imposible)
. La pobreza es como la belleza (el producto de un mal reparto)
. La niña tira las cáscaras de pipas en el interior del autobús (la mamá también). Las dos dan un poco de asco.
. El hueco de la escalera huele a berza (como el pasado)
. Los niños albinos son como las sandías amarillas (sorprenden)
. El sonido de los tacones en una calle desierta (da un poco de miedo)

Hoy estoy algo cansada (por eso mis palabras suenan a trombón y no a violín).

Nené Ortiz

martes, 11 de junio de 2013

Epitafio del planeta Tierra

Grito el nombre de esa que todavía soy y el sonido brota entre los escombros del piso superior, avanza por las calles desiertas, trepa por las ruinas del Paseo del Prado y se alarga al chocar contra el bronce de Velazquez que mira impasible desde sus ojos vacuos. Se pierde al fin entre las rejas del jardín botánico habitado únicamente por el inmenso ciprés que se yergue en este cementerio global como último testigo de vida.

Permanezco en lo único que ha sobrevivido de nuestra casa,  rodeada de todos los objetos que amamos: tu sillón de orejas desvencijado, la colección de piedras, la cama que fue cómplice de gritos y susurros, el viejo exprimidor de naranjas que sudaban sangre, la máquina Singer de la tatarabuela Carmen (que aún funciona),  las fotos sepia de las vidas que fuimos y que fueron…

He bajado a este sótano/cámara mortuoria lo que quiero que perdure en el tiempo, lo que quizá pueda disculparnos ante otros mundos por la destrucción definitiva del nuestro. Contar a los que vengan que hubo amor antes, durante, y después del desastre, aunque quizá no fue bastante.

Los libros me rodean como las alas de un ángel laico protector y todas las historias contenidas me hablan desde los estantes como un coro que me acompañará en la despedida. Voces que me hicieron más feliz y mejor.

Estoy reclinada en la tumbona de rayas amarillas que acunó mis días de sal y mar y he abierto la sombrilla para tapar un sol que ya no existe. Me he vestido con la vieja bata de flores desvaídas y he guardado en el bolsillo una nota con el último verso de Machado que superó el dolor del destierro y la muerte: “Estos días azules y este sol de la infancia”.

Soy la última en marcharme y lo hago viendo las viejas películas:  Amelie hundiendo la mano en un saco de legumbres, haciendo rebotar las piedras en el agua y observando las cosas que nadie ve. En “La reina de Africa” Charlie abraza a Rose y Salvatore contempla emocionado en la oscuridad del cine los besos censurados de “Cinema Paradiso”. Los judíos entregan a Schindler el anillo forjado para él con una inscripción en hebreo, proveniente del Talmúd: "Aquel que salva una vida, salva al mundo entero".

Esta es mi idea de la expresión del amor en esta tierra, del amor que no fue suficiente pero fue.

Trago la cápsula y con el último aliento musito los versos de Huidobro:

“Abrid esta tumba:
al fondo se ve el mar”

Nené Ortiz

Videos favoritos

La canción más bella y triste del mundo en una interpretación genial de Silvia Pérez Cruz

lunes, 10 de junio de 2013

Esa mujer madura

hay algo desolado en ella
como un cisne con las alas mojadas
como los tiovivos en invierno

ese paisaje es solo un espejismo
tiempo que se duele


el cuerpo mientras tanto
vibra de cascabeles
y las manos aletean para secar las plumas

hay algo restallante en ella
como el resplandor de la bengala del náufrago

algo que se afirma sobre el dolor
como la escayola sobre la fractura
en la que se pintan girasoles erguidos

hay un armario en ella
lleno de abrigos para la esperanza
lleno de sueños aún posibles

hay un rastro en la nieve en el que encajan
todas las pisadas

Nené Ortiz
  

Greguerías I did it my bay


Las niñas de los ojos son la retina para los oftalmólogos, para los padres suelen ser las hijas.

El calcetín es esa prenda que se llevan los extraterrestres a su mundo de una sola pierna.

La palabra orgasmo es como el olé, que no tiene explicación.

Los barcos son las moscas de una sopa azul.

El padre de la palabra justicia se llamaba Liberto Utopía y murió un martes de carnaval.

Los labios no son labios hasta que se rozan con otros, hasta entonces son la puerta de la boca.

Un niño montado en un tiovivo siempre viaja al futuro, salvo los huérfanos del hospicio que viajan al pasado por ver a su madre.


Nené Ortiz

Haikus gaditanos I did it my way...


    Ildefonso Capillas se dió una pomada en la espalda para combatir un dolor agudo, y le salió una urticaria con la forma del paso de la borriquita.

    Doña Rosa (la del perrito de pitiminí) fue a extirparse un quiste del sobaco y le sacaron una ausencia del tamaño de un melón.

    Catalina Amor (componente del Coro de la Viña)  quedó embarazada a los sesenta y cinco años y parió una bandurria. Le puso de nombre "Imposible". 

    A Dña. Teófila Martínez le sale un orzuelo enorme y el oftalmólogo diagnostica una acumulación de sucesos que no ha querido ver.

    La señorita Chari (esperando ver el rayo verde) miró al sol desde el puente canal con  tanto ahínco, que tuvo un desprendimiento de retina y se quedó completamente tuerta del ojo marrón.

    Rubén Carajote (vecino de Camas) se compró un aparato para alargarse el pene y lo poco que había aprendido hasta la fecha se le desplazó al miembro. Le dio por expresarse en el idioma de las pollas  y la gente le preguntaba:
    -Rubén, qué, cómo te va el aparato.
    -Egy fiatal fazakas városba költözéséhez kerté.
    -¡Ah, ya!


Nené Ortiz

sábado, 8 de junio de 2013

BANDERA DE AUSENCIAS



En el patio no cantan las criadas, ya nadie canta en el trajín del día.

De la cuerda gastada pende un pantalón sin piernas. Lleva tendido ahí enfrente desde que nos mudamos a ésta casa, hace ya once años. La inclemente luz de Cádiz ha ido devorando su primer color y del azul apenas quedan restos desvaídos. Esa bandera de ausencias empaña de melancolía mi primera taza de café cuando me asomo al día que comienza.

Los días de levante, el pantalón sin cuerpo cobra vida y baila la danza del desasosiego retorciéndose en torno a la cuerda del tendedero.

Hoy decido no verlo. Huyo de la ventana porque temo que la soledad del pantalón sea sólo el reflejo de la que parece instalada tras los cristales sucios, donde quizá haya un hombre tendido sobre la cama, en calzoncillos, y con una mosca triste posada en los labios.

Nené Ortiz

miércoles, 5 de junio de 2013

PERSONAJES DE PLAYA: En domingo




Los domingos la playa cambia de aspecto: aparecen familias dispuestas a pasar el día pertrechadas de sombrillas, sillas, mesas plegables, flotadores, neveras con refrescos y fiambreras repletas de tortilla y filetes empanados.
Los más pequeños se bañan en las pozas que dejó la marea y los mayorcitos, son vigilados por sus atentas y cantarinas mamás:
-¡¡¡Chariiiii: como te metas en lo jondo te arranco la cabezaaaaa!!!
-¡¡¡Semanuéeee: como le jagas ajogadillas a la Chari me ví a cagar en tus muelas!!!
La abuela, bajo la sombrilla, tiene los pies a remojo en una barquita de plástico con forma de delfín.
Comen, duermen la siesta y al atardecer echan una partida de cartas.Ya con el sol tocando el mar observo como recogen sus cosas y se alejan con los niños en brazos, llenos de sol y sal, agotados.
A una le gustaría a veces formar parte de estas familias, donde todos son felices sin saberlo.

Nené Ortiz

PERSONAJES DE PLAYA: Una pintada




En el alto muro que separa la playa del paseo hay una pintada enorme que dice: ¡¡MENTIROSO!!

PERSONAJES DE PLAYA: Joven cruda


Al comenzar el día y con la playa casi desierta, una mujer joven hace tai-chi con mucha concentración y estilo. Cuando acaba el ejercicio, se sienta a leer libros de autoayuda en la zona de sombra que proyectan los edificios del paseo marítimo. Tiene ese aspecto espiritoso de las personas que comen sobre todo cosas verdes, hacen yoga y se alinean los chakras con facilidad. Suelen hablar bajito y sin brío, como si temieran despertarse a sí mismas. Están sanas, pero con un tipo de salud que se parece un poco a la muerte.

Nené Ortiz