martes, 25 de febrero de 2014

Escribir

Ante el ordenador,
trás la ventana,
el mar mañanea tranquilo en azules caribes.
El sol se cobra en luz tántos días mojados
y brilla haciendo sombras en los granos de arena.

Yo estoy quieta
esperando que lleguen mis fantasmas

para contar su historia.
 

Con el costado habitado de voces de un pasado
de las que tengo el canto y el silencio.

La soledad de la página en blanco
y un corazón que estalla de palabras
buscando encaje en cortinas de esparto.

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