sábado, 14 de diciembre de 2013

El baño

Los viernes por la noche era el día del baño. El agua se iba quedando fría y la yema de mis dedos como garbanzos en remojo. Mi madre me refregaba con una manopla que me dejaba la piel enrojecida. El pijama de franela y la bata de cuadros escoceses. El olor a Heno de Pravia flotaba en el aire y el espejo empañado me devolvía una imagen mía vulnerable y mojada, como del pato que sabía que jamás sería cisne. Mientras tomaba la sopa me vencía el sueño y me alegraba no ver el uniforme del colegio preparado en la silla para el día siguiente. El lunes era algo lejano y estaba en medio un largo fin de semana. Era feliz y no lo sabía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario