Buenas noches. La humedad del mar emploma los
cristales y abrillanta los suelos de las azoteas. Un pila de libros en
la mesa de noche, sábanas limpias oliendo a mediodía. Aunque aullen los
destinos y los lobos, yo me acojo al calor de la noche y me entrego a
los sueños que habitan las palabras.
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