No sé qué habrá al final del camino, no seguí
las señales y decidí guiarme por mi instinto. Hay días en que llueve y
la senda se borra y otros en los que el hielo me hace caer y quiebra
pequeños huesos que conforman el alma... Sin embargo otros días amanecen
espléndidos y el camino se abre como un canto a la vida. Y me paro a
escucharlo.
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