El pasillo de doña Pepa está flanqueado por
macetas de aspidistras y recorrido por una cinta de linóleum sujeta con
remaches. Una figura del corazón de Jesús portando en la mano la bola
del mundo es iluminada por una bujía
encendida a perpetuidad. En la sala, la luz de la mañana entra por el
balcón y doña Pepa, a pesar de que a esta hora ya comienza a apretar el
calor, lleva sobre sus hombros una mañanita blanca que hace juego con
su pelo y su sonrisa. La perrita Marilín duerme en su regazo y Colorín y
Colorina picotean una hoja de lechuga en la jaula. En la radio, Monna
Bell canta “El telegrama”.
-Me traes dos bacaladillas y una rodaja
de merluza, cuarto de vainas, una pella pequeña y carne de falda para
guisar. ¡Ah; y el preparado de la farmacia que encargamos, ayer!
Luci echa mano de la bolsa de malla y del monedero y vamos juntas a los
recados. Doña Pepa no sale a la calle desde hace más de un mes debido a
un ataque de gota.
-“Antes de que tus labios me confirmaran que me
querías, ya lo sabíaaa, ya lo sabíaaa, porque con la mirada tú me
pusiste un telegrama, que me decía, que me decíaaa...”
Luci baja las
escaleras cantando y yo saltando los peldaños de tres en tres. Por la
calle, el afilador va empujando su bicicleta y haciendo sonar la siringa
para avisar a las vecinas.
En la farmacia hay un anuncio que dice:
“Dr. Agustín Barandiarán. Pecho, estómago, venéreas, sífilis, medicina
general. C/ San Francisco, 17. Logroño. Consulta diaria de 10 a 2 y de 4
a 6. Consulta económica los lunes y viernes de 8 a 9. Teléfono 1139”. Y
otro: “Hemocircol, preparado de extractos de plantas que se muestra
eficacísimo para combatir las varices y todos los trastornos derivados
de la deficiente circulación venosa: hemorroides, flebitis, congestiones
prostáticas y desarreglos menstruales”.
A Luci, cuando está con la
regla, mi abuela no le deja tocar las plantas ni hacer la mayonesa
porque se corta. ¡Ah; y Luci tampoco se lava la cabeza porque es muy
peligroso! Aunque parece ser que lo peor de la regla es que no te venga.
Yo, estoy echa un lío con estas cosas, pero cuando pregunto nadie me
explica nada y me dejan que siga siendo analfabeta en estos asuntos. Sin
embargo si lo soy en otros se molestan una barbaridad y me dicen que,
cuando no sepa, pregunte. Misterios insondables de la educación.
De
regreso, Luci deja los paquetes en la cocina y ajusta las cuentas con
doña Pepa que lleva un control riguroso del gasto repasando todas las
notas que nos han dado en las tiendas: las de la pescadería “El Pecas”
son tiras de papel de estraza con alguna escama pegada, las de la
carnicería son de bobina de calcular con el total en tinta roja y tan
limpias como la cajera que también gasta un nombre limpio porque se
llama Albina. Las de don Próculo, el farmacéutico, llevan su nombre: “D.
Próculo Sabanalarga” con el dibujo de una urna de la que sale una
culebra retorcida. Don Próculo, a quien se chotea de su apellido le
llama ignorante. Según él, Sabanalarga procede de América, de una
población entre Cartagena de Indias y Barranquilla (a donde dicen que se
va el caimán).
Nos despedimos de doña Pepa. Huele a crema “Visnú” y
cuando la beso y me llama niña mía siento un calorcito tan grande
dentro del corazón que me entran ganas de llorar. A veces que te quieran
es una cosa muy emocionante y extraña. Un regalo inesperado de la vida.
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